Hace unos días, en una comida familiar, la imagen que vi al mirar una de las fuentes que había sobre la mesa hizo que me estremeciera de terror y no pude evitar tomar una foto. La imagen en cuestión es la siguiente:
¿Veís lo que le ha ocurrido a la grasa que se desprendió del tocino? Al estar caliente, parte de los lípidos pasaron a estado líquido y fluyeron por el plato, pero al enfriarse de nuevo, tornaron al estado sólido. Pues más o menos es lo que viene a pasar cuando las grasas trans y las grasas saturadas discurren por nuestros vasos sanguíneos: se van pegando a sus paredes, como estas se pegaron al plato, estrechando poco a poco la luz del vaso, de modo que la sangre circulará por ellos cada vez con mayor dificultad, con el riesgo de quedar taponado e impedir el riego sanguíneo al miembro que riega dicho vaso.
Otro problema que puede ocurrir es que un fragmento de ese "tapón" de grasa se desprenda y viaje en la sangre hasta que llegue a un vaso de un calibre menor por el que ya no pueda pasar y lo obture.
Ya sabeis: las grasas son importantísimas en nuestro organismo. Mas que importantes: son imprescindibles, pues ya sabemos que además de aportarnos energía, forman parte de las membranas celulares, son la base química de ciertas moléculas necesarias, como algunas hormonas,... por tanto, no podemos prescindir de ellas. Pero hemos de ser conscientes de qué tipo de grasas debemos consumir: alimentos que contengan sobre todo, ácidos grasos insaturados, que encontraremos básicamente en los de origen vegetal.
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